Voy a ser empresario para no tener que aguantar a mi jefe

 


En México, comer mie… se refiere a aguantar los malos humores o idioteces de los superiores. Una forma menos grosera es decir “comer sapos”. Esta frase, en estricto sentido, sería cierta: aquel que pone su empresa ya no tendría que aguantar a un jefe.

Espero, sinceramente, que esa no haya sido la razón principal para poner su propia empresa, porque, pasa de aguantar a su jefe a aguantar a mucha gente.

Claro, si soy el dueño de mi empresa, yo soy el mandamás y no tendré que aguantar a nadie… ¿de verdad? ¿Qué tal el jefe de compras de esa gran empresa cuyo contrato definitivamente pondría a su empresa en el siguiente nivel? Ese gran contrato de 7 u 8 cifras que ha estado buscando, y soñando, desde que fundó su empresa. ¿Qué tal que este jefe de compras es un completo arrogante, prepotente, falso; pero le quiere dar ese contrato a usted?

En mi experiencia de más de 20 años como dueño de empresa, he tenido clientes con los cuales he forjado una buena amistad y con los cuales los negocios son relajados. He hecho alianzas con gente con la cual es un placer sentarse y pensar cuál será el siguiente proyecto en el que nos vamos a meter. También me he topado con gente muy directa, que te dice si el negocio se va a hacer o no.

La otra cara de la moneda son aquellos que te dicen que van a hacer negocio contigo y te hacen perder meses en propuestas y llamadas, o aquellos en empresas trasnacionales o de gobierno que me han hecho la vida imposible, porque tenemos corriendo un negocio que nos está dejando un muy buen dinero. Desde los déspotas, aquellos que se sienten los dueños y te regatean hasta el más mínimo peso o te piden requisitos inútiles; pero que saben que tienes que cumplirlos, so pena de perder el contrato…

Una más es tratar con gente que no sabe de lo que está hablando. Ignorantes que piden cosas extrañísimas; pero que uno tiene que torear porque tienen la decisión en esa empresa.

Si hablamos de empresas micro, pequeñas y hasta algunas medianas, es a los dueños a los que les toca tratar negociaciones grandes y delicadas, solucionar los problemas que surgen con clientes importantes, en algunos casos con proveedores que tienen una especie de monopolio en ciertas regiones… y, en muchas ocasiones, no se trata de gente amable y cordial.

No se guíe por la simpleza absurda de las redes sociales que tienen en el nombre empresarios, millonarios, abundancia y demás. Normalmente, se trata de decretos inútiles o post que no corresponden con la realidad.

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