Las grandes mentiras del obradorato: El súper peso
Uno de los logros que presume el gobierno y sus aplaudidores es el súper peso. Y si uno ve el peso de 2020 que estaba alrededor de los 25 pesos a menos de 17 actualmente, pareciera que tienen algo de razón; pero nada más lejano a la realidad.
Hay que empezar por decir que el precio del peso es fluctuante y depende, como cualquier mercancía, de la oferta y la demanda. Durante muchos años, el precio era fijado por el gobierno y, por supuesto, se mantenía un precio artificial por razones políticas. El problema es que no podía mantenerse así indefinidamente, porque significaba una pérdida de dinero, así que los gobiernos aguantaban el tipo de cambio hasta el final del sexenio, y el presidente entrante devaluaba la moneda, básicamente porque no se podía sostener el precio artificial y reiniciaban el ciclo. Así fue con el gobierno de Echeverría, López Portillo y Miguel de la Madrid. Por eso la gente se acostumbró a esperar la famosa devaluación al finalizar cada sexenio.
EL que rompió el ciclo fue Carlos Salinas de Gortari, que estableció una serie de medidas para liberalizar la economía, entre ellas, dejar el control del tipo de cambio. Con el objeto de dar un estímulo adicional a los exportadores y a las empresas maquiladoras se abrogó el control de cambios a partir del 11 de noviembre de 1991 y se unificaron los dos mercados del tipo de cambio, el libre y el controlado. El 21 de octubre de 1992 incrementó el desliz del techo a 40 centavos diarios.
Con Ernesto Zedillo se completó el cambio y se implemento la libre flotación. Es decir, que el precio del peso responde al mercado.
Desde ese momento, el peso responde a cuestiones de mercado.
Pero ¿no quiere decir que el súper peso responde a lo bien que lo hace este gobierno en materia económica? Para frasearlo correctamente es que tenemos un peso firme, a pesar de la actuación del gobierno. Ya desde Peña Nieto, el peso era la sexta moneda más fuerte del mundo.
¿Por
qué el peso está tan fuerte ahora? Hay varias razones; pero la principal es que
el Banco de México, para frenar la presión inflacionaria, subió las tasas de
interés. Esto hace que invertir en pesos sea muy atractivo para los
inversionistas de todo el mundo. Como cualquier mercancía, hay una gran demanda
de pesos y, como consecuencia, el precio se mantiene alto. Claro, las altas
tasas de interés tienen otras consecuencias; pero no es el objeto de este
artículo.
Ahora bien, para dejarlo claro ¿a quién le deberían de agradecer las huestes de la 4T el súper peso?: A Carlos Salinas de Gortari y a Ernesto Zedillo.
¡Bum!
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